Nuestro Cuento...
Érase una vez un niño que se llamaba Roberto, tenía 12 años y vivía en Villaviciosa de Odón.
Le encantaba ir al colegio, sobre todo para poder disfrutar de la hora del recreo, ya que en su colegio solían hacer actividades didácticas y grupales con las que los niños disfrutan y se lo pasan muy bien.
En contrapartida Roberto tenía que poner mucho empeño en el estudio porque era un poco vago, pero a pesar de ello él se esforzaba.
Una tarde, después de realizar sus deberes y estar repasando para un examen que tenía esa misma semana, entró en la habitación de su hermano mayor, Daniel, vió como éste escribía en un pequeño papel con letra de tamaño reducida algo que a él le despertó una curiosidad tremenda, puesto que Daniel no atendía a su sentimiento, no le quedó otra que preguntar.
La respuesta que optuvo fué mucho más interesante que la propia curiosidad suscitada anteriormente, puesto que Dani le dijo que aquello que estaba haciendo era una "Chuleta" para poder copiar en un examen.
Roberto se quedó pensativo en cuanto a la situación de copiar y eso hizo que al día siguiente se lo contara a una profesora a la que le tenía mucho aprecio y confianza.
La maestra le contó que a los alumnos que se les encontraba con una chuleta en plena prueba los sacaban al pasillo y que durante el recreo tenían que formar una fila y no podrían jugar en todo el rato.
Al día siguiente Roberto tenía el examen pero a pesar de que le costaba trabajo estudiar, prefirió poner empeño que perderse el recreo y pasar verguenza delante de sus amigos. Muy a su pesar, esa misma tarde mientras él daba su último repaso, le llamó un compañero que le comunicó que las clases del día siguiente se suspendían y el examen se prolongaba a la semana siguiente, puesto que los profesores tenían una manifestación para demandar una reforma educativa.
Esa llamada alivió a Roberto puesto que pudo prepararse mejor el examen y así poder sacar más calificación.
Le encantaba ir al colegio, sobre todo para poder disfrutar de la hora del recreo, ya que en su colegio solían hacer actividades didácticas y grupales con las que los niños disfrutan y se lo pasan muy bien.
En contrapartida Roberto tenía que poner mucho empeño en el estudio porque era un poco vago, pero a pesar de ello él se esforzaba.
Una tarde, después de realizar sus deberes y estar repasando para un examen que tenía esa misma semana, entró en la habitación de su hermano mayor, Daniel, vió como éste escribía en un pequeño papel con letra de tamaño reducida algo que a él le despertó una curiosidad tremenda, puesto que Daniel no atendía a su sentimiento, no le quedó otra que preguntar.
La respuesta que optuvo fué mucho más interesante que la propia curiosidad suscitada anteriormente, puesto que Dani le dijo que aquello que estaba haciendo era una "Chuleta" para poder copiar en un examen.
Roberto se quedó pensativo en cuanto a la situación de copiar y eso hizo que al día siguiente se lo contara a una profesora a la que le tenía mucho aprecio y confianza.
La maestra le contó que a los alumnos que se les encontraba con una chuleta en plena prueba los sacaban al pasillo y que durante el recreo tenían que formar una fila y no podrían jugar en todo el rato.
Al día siguiente Roberto tenía el examen pero a pesar de que le costaba trabajo estudiar, prefirió poner empeño que perderse el recreo y pasar verguenza delante de sus amigos. Muy a su pesar, esa misma tarde mientras él daba su último repaso, le llamó un compañero que le comunicó que las clases del día siguiente se suspendían y el examen se prolongaba a la semana siguiente, puesto que los profesores tenían una manifestación para demandar una reforma educativa.
Esa llamada alivió a Roberto puesto que pudo prepararse mejor el examen y así poder sacar más calificación.
